Desde
hace muchos años, mucho antes de que fuera investido Presidente del Gobierno,
he sido defensor de Felipe González. Reconozco y reconocí en su momento que
algunas cosas las podría haber hecho de otra forma pero a pesar de todo, hay
que reconocerle el enorme esfuerzo por modernizar España y por mejorar la vida
de la mayoría de los ciudadanos.
Últimamente,
desde hace algunos años, me chirrían algunas de sus declaraciones, la mayoría.
No son de recibo muchas de sus manifestaciones. Da la impresión que ha cambiado
el modo de conducir y ahora circula, siguiendo las normas, por la derecha.
Se
confunde de adversario: el adversario de la izquierda no es la clase
trabajadora (el concepto de clase trabajadora, aunque le pese a Vd. Don Felipe,
sigue vigente con toda la crudeza, más aún ahora tras las “reformas laborales”).
Por eso no se entiende que continuamente se dedique a justificar las medidas de
ajuste en beneficio de la economía.
Habría
que tener claras algunas cosas: el enemigo de los trabajadores no está en la
izquierda, sino en la derecha. Y otra cuestión de estrategia: defender la
socialdemocracia no es lo mismo que defender el capitalismo. Parece que Vd.,
Sr. González, confunde estos dos extremos. Lo que habría que averiguar si es
porque siempre ha pensado así, o es efecto de la “pitopausia”, o bien esta
actitud es debida al efecto del “mal de las alturas”. Si es por esto último,
Sr. González, ¡bájese Vd. del pedestal!.
Y
es que don Felipe, su hoja de servicios a la democracia no le da derecho a
criticar a los ciudadanos. No tiene Vd. ninguna autoridad, ni moral ni
legítima, para criticar que más de 1.245.000 ciudadanos hayan decidido votar a Podemos, como Vd. deja caer haciendo
causa común, para asombro de muchos, con el Sr. Floriano: “la revolución
bolivariana” española. Hasta ahora no me atrevía a compararle con ninguno de
los dirigentes de la derecha ya que le consideraba en otra galaxia, sin ninguna
relación con la gente de la derecha. Sr. González, si fracasan las
“revoluciones bolivarianas”, fracasan las esperanzas de los pueblos, los sueños
de justicia de los pobres.
Hay
que atacar la base del sistema capitalista, quizá el término le suene mal pero
es el que sigue estando en vigor con todas sus connotaciones. Hay que acabar
con el poder financiero, con el ansia de acaparar riqueza de esa banda.
Por
eso Sr. González debería Vd. respetar la voluntad del pueblo, alinearse con los
ciudadanos a los que cada día nos roban nuestros derechos, a los que por cierto
Vd. hizo su aportación de manera destacada, esos derechos conseguidos con
tantos esfuerzos. Hay que defender la sociedad del bienestar porque es nuestra
conquista: la conquista de la clase trabajadora y que nos está birlando la
derecha obedeciendo a sus “jefes”.
Por
cierto, que ante las salvajadas cometidas por el Sr. Rajoy y compañía (reforma
laboral, congelación de pensiones, menosprecio y abandono de los dependientes,
privatización de la sanidad, mangoneo con la enseñanza, expoliación del
patrimonio español, etc.) no le he visto poner tanto interés, ni tanto “ardor
guerrero” como pone ahora para criticar a las opciones políticas progresistas
emergentes.
¿Por
qué no gritó Vd. alto y fuerte cuando comenzaron a pisotear los derechos de los
ciudadanos?.
Nino
Granadero
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