Hay muchos titulares en
estos día en la prensa que hablan sobre la violencia, refiriéndose a la
manifestación del 22M, una vez que ya no es de interés hacer las alabanzas
hipócritas y desmesuradas sobre el ex presidente Suarez. Ahora toca lo que toca
y es el ensañamiento de los medios de comunicación, tanto escrito como
audiovisual, sobre la violencia de las “porras y los adoquines”. Y los medios inciden más en “los adoquines”
que en las “porras” porque tienen más morbo el asunto así planteado, al mismo
tiempo que machacan sobre el particular para que todo el mundo se acojone y
deje de salir a la calle para hacerle la vida más cómoda a los verdaderamente
“violentos”.
Porque… ¿quiénes son
verdaderamente los violentos? Desde
luego no lo son los que el 22M, salieron
a la calle a pedir, reclamar y exigir que les devuelvan lo que le han quitado.
Los verdaderamente violentos
son todos aquellos que hacen todo lo posible por arrebatarle al pueblo lo que
le pertenece. Los que provocan con sus ordenanzas que este País sea subcampeón
de la UE en pobreza infantil, según Cáritas. Los que obligan desde sus
posiciones autoritarias y en contra de lo prometido a los ciudadanos a tener
menos servicios sociales y estar peor atendidos en educación, en sanidad, en
vivienda y en las necesidades más elementales y perentorias, en hacer la rebaja
salarial encubierta, en hacer parir obligatoriamente a la mujer para luego
dejar desprotegido a ese ser nacido, en la inseguridad ciudadana, en la
destrucción masiva del empleo, dejando a
las familias en la indigencia para pasar a depender de la caridad y de la
beneficencia. De vergüenza es que en la televisión pública de toda España y de
Andalucía se emita un programa en donde se apele a la solidaridad de los
ciudadanos para resolver problemas de extrema gravedad que debería resolver y
asumir el Estado, porque lo que ahí se manifiesta es verdadera desprotección y
violencia humana.
Muchas son las medidas que
durante años vienen tomando los verdaderamente violentos para hacer más pobre a
los pobre y más rico a los más ricos, y no es que sea esta una frase hecha, no,
es la pura y puta realidad.
Los verdaderamente violentos
aleccionan a muchos medios de comunicación para que le “coma el coco” a la
“plebe” entreteniéndola, como lo hacía antaño uno que yo me sé, para tapar sus
fechorías.
Que un millón y medio de
hogares españoles padezcan exclusión social severa, un 69,8% más que en 2007; Que cinco millones de personas también estén
en la misma situación de exclusión social severa, con un aumento del 82,6% con
respecto a 2007; Que casi doce millones de personas estén afectadas por
distintos procedimiento de exclusión social, cuatro millones y medios más que
en 2007, lo que supone un incremento del 60,6%, según el estudio de la
Fundación Foessa, Pobreza y Cohesión Social , dado a conocer ayer por Cáritas
en Madrid, no es precisamente por la bondad de las medidas tomadas por
responsables mansos de corazón y limpios de culpas, al contrario, por violentos
tremendos disfrazados en regidores de los destinos de España.
Al fin y al cabo, “las
porras” y “los adoquines” son tan efímeros en el tiempo y en los hechos que se volatizan en las bocas
pagadas de los tertulianos en los distintos medios de comunicación,
enfatizándolos dramática y trágicamente, echando más leña al fuego y culpando a
los inculpables, y si se es en algo, en
todo caso serían las víctimas de los verdaderamente violentos.
¿No es violencia que se
quiera destinar dos mil cuatrocientos millones de euros en el rescate de las
autopista en quiebra, para salvar el culo a las empresas y no se destinen dos
mil seiscientos millones de euros que eliminaría la exclusión social severa de
España? ¿No es esto violencia?
Y todavía, éstos, los
verdaderamente violentos tienen la desfachatez de preguntar si no veremos
protestas (se refieren a la de “las porras” y “adoquine”) cada vez más
violentas, o poner en boca de sus lacayos que este tipo de violencia, la de
“las porras” y “adoquines”, se emplea para “desestabilizar el Estado de
Derecho”. Ver para creer.
¿Quiénes son los que
realmente desestabilizan el Estado de Derecho?
Mientras escribo esto, oigo
al fondo la televisión, que la está viendo mi mujer, la pregunta de Toñi
Moreno: ¿qué tengo?
Yo contesto: mucho dolor y
mucha rabia.
Simón Candón 28/03/2014