Para que Vd. vea, Sr. Rajoy, el interés que ponemos
muchos españoles en ayudarle, le vamos a dar una solución que puede ayudar a
salir de la crisis en la que nos metió en su día ZP: construir una cárcel, eso
sí de lujo, para meter en ella a todos los corruptos de este país.
¡Si todos los corruptos!. Esos que han dado el mangazo
en los bancos, los que han cogido y otorgado contratos de forma ilegal, los que
han recibido regalos para medrar, los que se han aprovechado de la situación
para arrimar el ERE a su sardina (aunque estos, como son andaluces y del
adversario, ya están metidos en el trullo), los que han trincado dinero de
sobras (o en sobres por una letra no vamos a discutir), los que se han llevado
el dinero ilegalmente a Suiza, a las Islas Caimán, a Mónaco, o a donde sea, los
que han dado amnistías (de las fiscales y de las otras), etc., etc. Porque si
vamos sumando hay personal para llenar el Hotel Entrerrejas dos o tres veces.
Si estará Vd. pensando cómo salir del atolladero igual
que hace cuando algún parlamentario de la oposición se atreve a desafiarle con alguna
pregunta maliciosa. No mire Vd. Sr. Rajoy, el problema de la financiación
también se lo damos resuelto: se le quita todo el dinero que han afanado estos
desalmados antipatriotas que le han dejado a Vd. con el marrón, y con ese
dinero se puede construir la jaula.
De paso, solucionamos otros problemas no menos
importantes: dinamizamos la construcción que buena falta está haciendo (algún
amigo se lo agradecerá). Así quitamos del paro unos pocos de cientos de
albañiles y podemos dar estadísticas positivas de la evolución del paro, es
decir, que reduciría Vd. el paro.
Pero hay todavía más; si como dice el charalatán de la tómbola,
“esto no es todo, además le regalo esta batidora, esta batería de cocina y un
reloj despertador. ¿Qué le parece poco?, pues ponemos algo más: esta muñeca
chochona para la nena, esta tostadora y una báscula de baño. Y todo por el
mismo precio”. Mire Vd. Sr. Rajoy,
además puede Vd. hacer una maravillosa oferta de empleo público: funcionarios
de prisiones con dos o tres carreras, varias decenas de inspectores de
hacienda, además de recaudadores del mismo gremio. Y si no le parece al
personal suficiente, añadimos varios cientos de funcionarios de juzgados. ¿Se
imagina Sr. Rajoy quitar unos pocos de cientos de españoles de las listas del
INEM?. ¡Quedaría Vd. como un señor!.
Y a todo esto pasaría Vd. a la historia como el
Presidente del Gobierno que consiguió limpiar la política de indeseables. Los
anales de la historia pondrían su gesta con letras de oro e indelebles.
Y lo mejor de todo, ¡que no se entere el Sr. Rubalcaba!,
no se gasta Vd. un euro con lo que la Sra.
Mérkel no le puede reñir.
Claro que el problema es cómo explicar el tema a sus
amigos. Suponiendo que no tenga Vd. la suerte de ser uno los inquilinos de
alguna de las suites del Hotel Entrerrejas.
Bueno, por lo menos le hemos alegrado el día dándole la
ilusión de pasar a la historia.
Nino
Granadero
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