La bisagra es un artilugio
que posibilita que las cosas giren. Y lo curioso del caso es que, según se
coloque, puede girar hacia la derecha o hacia la izquierda. ¿Le suena?. Pues si
aplicamos el término a la política, tenemos la definición de lo que es la
vocación de muchos de los políticos profesionales, lo que últimamente se viene
denominando la casta. No es baladí lo antes dicho, y volveremos a ello más
adelante.
¡Nos están dando el
espectáculo!. Las últimas, las desvergüenzas de la gente del PP con lo del
accidente laboral de Teresa Romero. Y decimos accidente ya que se trata de una
enfermedad contraída durante su trabajo. Perece que la gentuza que ocupa los
nidos protegidos del PP, no tiene la decencia de lavarse la boca para no
arrojar su halitosis de falta de ética, sobre la moral profesional demostrada
por esta trabajadora de la sanidad madrileña. Pensamos que ya deberían haberse
producido al menos 4 dimisiones. Si, esos que usted piensa. Lo que pasa es que
como esos sujetos/as son unos amorales…
Claro
que viendo la exhibición que están dando con el tarjeteo, no se puede esperar
mucho de estos individuos (evitamos poner la palabra ladrones) de guante blanco
y cuello duro. El resto de los partidos y sindicatos ha obligado a irse a los
indecentes que usaron dinero ajeno para su divertimento y otros pequeños o grandes
vicios, o los han echado. ¡Hasta la patronal ha obligado a irse al usurario de
las tarjetas de marras!.
Pero
el PP no. Ahí están liando la guita con los expedientes (supuestos, les
concederemos le beneficio de la duda, ¡para que luego no digan!). Mucho sospechamos
que es una de las tantas maniobras de distracción a las que nos tienen
acostumbrados los peperos: que pase el tiempo, que deje de informar la prensa
canalla para que no se note que están metidos hasta la cintura en boñigas y las
aguas volverán a su cauce. Cosas muy gordas debe saber alguno cuando no se le
toca un pelo. Por ahí anda un ex-vicepresidente de Gobierno, nada más y nada
menos, metido en el manejo de las tarjetillas en cuestión. ¡Vaya los papelitos
que le asignan al Floriano!. Nos da pena que haga el ridículo día sí y día
también, pero será que es consciente de sus limitaciones y sabe que no puede
aspirar a más.
Y vamos a lo que nos ocupa,
la cuestión central: el concepto político de bisagra. Lo planteamos
abiertamente, sin rodeos ni anestesia: ¿a quién dará su voto el PSOE en la
sesión de investidura del próximo Presidente de Gobierno?.
No sabemos qué pasa
últimamente con las encuestas del CIS, que sepamos llevan dos meses sin
publicarse; bueno la de este mes no se ha publicado, la del mes anterior ha
pasado sin ser comentada siquiera por la casta. Con ello han conseguido
ningunear los datos, nada de ruedas de prensa ni de declaraciones rimbombantes,
con lo que se evitan titulares inoportunos . ¿Será porque no le son nada
favorables a los de siempre?.
Otro
dato que debemos considerar: las presiones a que está sometiendo a la clase
política el “mundo financiero”. La excursión de la Sra. Merkel y don Mariano
por tierras “galegas” y el abrazo al apóstol, no es una casualidad. Si de estas
cosas nos damos cuenta los simples ciudadanos, ¿qué purgatorio no estarán haciéndoles
pasar a los “disidentes” del recto credo político?.
Desde luego lo que no desea
la banca (así en genérico y en sentido amplio), es que se consolide una opción
política que ellos, los “financieros”, no controlan. ¡Se les escapa de la mano
la gallina de los huevos de oro!.
No queremos alargarnos en demasía. Por ello volvemos a lo ya dicho: ¿A quién votará el PSOE en la sesión de investidura para Presidente del Gobierno?. Porque el papel que le van a asignar las urnas a los liderados por Pedro Sánchez es ni más ni menos que el de partido bisagra. No es plato de buen gusto: son lentejas, o las tomas o las dejas.
Y se juegan mucho los
correligionarios de don Pedro: puede que en ello les vaya incluso la muerte
súbita.
Nino
Granadero
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