LAS DOS VARAS
Recurrir a las dos varas de medir es algo socorrido en
muchos casos. En este que nos ocupa desde luego no lo es sino que, al contrario
de lo que se pudiera pensar, es la lógica de los hechos la que hace llegar a
ese punto.
Y viene a colación el tema cuando el preclaro Floriano,
nada menos que vicesecretario del PP, pone en tela de juicio la sentencia sobre
el escrache sufrido por la
Vicepresidente del Gobierno doña Soraya Sáez de Santamaría
(por cierto un tanto apagadilla en los últimos meses). "Sencillamente no entiendo por qué tiene que estar legitimado que
te puedan rodear tu casa, que te puedan insultar o amenazar, por qué está
legitimado que yendo por la calle te rodeen y te griten, que se ejerza esa
violencia verbal que algunos dicen que no es, pero cuando a uno le insultan no
sé como llamar a eso". Ha sido
uno de sus comentarios a raíz de la sentencia.
Flaca la memoria de don Carlos. A otros líderes de su
partido cuando eran otros los que gobernaban, les parecía muy bien que los
ciudadanos se expresaran con total libertad. Para muestra un botón: en la
celebración del día de las Fuerzas Armadas Españolas, siendo Presidente nuestro
“amado” Rodríguez Zapatero, fue abucheado por una parte significativa del
público asistente al acto. El comentario de doña Esperanza Aguirre, entonces
miembro de la dirección conservadora y Presidente de la Comunidad de Madrid,
dijo que era un derecho que tenían los ciudadanos y que para eso estábamos en
democracia. Para ella que una persona, nos guste más o menos, que representa al
conjunto de la ciudadanía no tiene, no tenía en aquellos momentos, que ser
respetado en un acto institucional, es decir actuando como Presidente de la Nación. Esas palabras no fueron
desautorizadas, ni tan siquiera matizadas, por nadie de la cúpula del PP.
Ahora, cuando las cañas se tornan lanzas, el ínclito
Floriano se enfada y arremete contra lo que estima el juez que es un derecho
ciudadano de manifestación y uso de la vía pública. “El único elemento de observancia inexcusable del derecho de
manifestación en la vía pública es que la misma sea pacífica” (Se dice por el
Tribunal). Lo que ocurre es que la parte ancha del embudo para el
dirigente popular sólo vale para él y sus correligionarios. Da la impresión de
que todavía resuena en su mente el exabrupto del fundador popular, ya
desaparecido, don Manuel Fraga Iribarne “La calle es mía”. ¡Pues eso!.
Parece que les molesta que la
gente, los ciudadanos que tienen sus derechos aunque les pese a muchos
gobernantes, protesten y se sientan defraudados por el tancredismo de don Mariano
y sus secuaces.
Me viene a la mente la imagen de la primera vez que vi
al Sr. Zoido, alcalde de Sevilla. Estaba rodeado de su particular corte y
mirando a todos lados, cual diminuto pavo real necesitado de adulación. Lo
único que hacía era comprobar que la gente lo miraba para elevar su autoestima.
Eso mismo es lo que hace don Mariano mirar a todos lados y no tomar decisión
ninguna. Y cuando la toma lo hace mal y tarde, o sea que mejor que se quede
inmóvil.
Aquí nuestros mandamases obedecen
las órdenes de la Sra. Mérkel
y sus apóstoles. ¿Qué hay que poner contra las cuerdas todo bicho viviente?, ningún
problema: ¡apretar las tuercas a todo lo que se mueva y listo!. ¿Qué ahora la
Sra. Mérkel decide hacer lo contrario en su
país?, ¡ni se comenta!. Y el argumento tan manido como falso de que Alemania es
la que mantiene la Unión Europea
no vale. Ese argumento es una mentira total y absoluta, y lo decimos sin
rodeos. Los presupuestos de la
U.E. se nutren en el 60% de su montante, con la recaudación
del IVA y nosotros, junto a otros países entre los que no están ni Alemania ni
Francia, somos los que tenemos el IVA más alto. O sea que en España es en uno
de los países donde más se recauda. ¿Se entiende?. Pues nuestros gobernantes,
no hago distingos, tienen la cobarde actitud de no denunciar esto.
Por el contrario don Mariano da una
nueva muestra de su talante democrático ordenando callar al líder de la
oposición (que por cierto no goza de nuestras simpatías). No se acostumbra don Mariano a vivir
en democracia: ordena callar y obedecer. No
entiende que alguien pueda contestarle y llevarle la contraria sino que
“reconozca que las cosas se están haciendo bien”. Pues eso que usted está
haciendo bien las cosas, don Mariano, dígaselo al millón largo de nuevos parados
de los últimos dos años.
¡Claro que de seguir así, va a
tener la culpa de todo Viriato!.
Nino Granadero
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