Hace algunos años, cuando yo era un chaval, tenía una
vecina mayor, de las de pelo blanco y moño de “roete”, que cuando la criticaban
decía siempre lo mismo: “tenían que picarle la lengua pá albóndigas”. No, no voy
a contar una anécdota costumbrista ni mucho menos.
Viene a cuento el tema porque el Sr. Ministro, el Excelentísimo
Señor don José Manuel Soria López, hace algo menos de un año tuvo la
osadía de catalogar como privilegiados a los mineros leoneses del carbón. Sus
argumentos eran de auténtico peso: gracias al ERE promovido por su Ministerio y
apoyado por su Gobierno, iban a poder seguir conservando el
puesto de trabajo que tenían y, además de “ganar un buen sueldo, se jubilan muy
jóvenes”.
“Picá pá albondigas” que diría mi antigua vecina.
Eso de ser minero la verdad es que es un auténtico
privilegio: hombre, ganar la verdad es que algo menos que el Sr. Soria si se
gana, pero se compensa con mantenerse en forma gracias al gimnasio a mas de 1.000 metros bajo
tierra. Allí todos los mineros tienen sus pesas (en forma de pico y pala, pero
a fin de cuentas con ellas pueden hacer abdominales, pectorales, fortalecer los
glúteos, etc.), también cuentan con sauna gracias al microclima especialísimo de
las galerías de la mina, enriquecido con vapor de agua, pueden fortalecer los bíceps
empujando las carretillas, aumentar la capacidad pulmonar aguantando la
respiración cuando hay bolsas de grisú, etc.
Lo dicho, que trabajar en la minería es un privilegio
del que pocos pueden presumir, solo los mineros leoneses y pocos más. Y encima,
con la excusa de la silicosis, tienen la ventaja de dejar de trabajar jóvenes y
disfrutar de la vida con el “peaso” de pensión que les queda. Y de jubilarse
mucho antes que los demás y paga de las gordas. ¡Pues así y todo, se quejan!.
En tanto el Sr. Soria es un sacrificado: todos los días
tienen que montarse en el Audi A8 que le recoge en su casa (pagada por cierto
por el Gobierno con dinero de todos los españoles), tiene que asistir al Congreso
de vez en cuando para salir en la tele oficialísima, ir a las sesiones del
Consejo de Ministros, hacer viajes en aviones privados, subirse en AVE en clase
Club, etc. Todo un rosario de sacrificios que hace este prohombre de la patria,
en beneficio de los malditos e insatisfechos ciudadanos. ¡Y encima hasta osamos
criticarlo!. ¡Es que somos unos desagradecidos!. ¡Y total por algo más de 9.000
eurillos al mes entre fijos y dietas!. Es que no entendemos como se sacrifica
por nosotros.
Una de dos o al Excmo. Sr. Ministro le sobra el
tratamiento o le falta dignidad. Porque lo que es a los mineros les falta ser
tratados como personas dignas y que sea considerado su trabajo como debería
ser: un oficio de los más peligrosos que hay.
Y una pregunta final ¿No será Ministro el Sr. Soria por
su parecido con el amigo de Bush?, porque por otros meritos…
Nino
Granadero.
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