Después de que terminaran
los partes o comunicados, como quieran ustedes llamarlos, a los que nos tenían
sometidos todos los medios de comunicación hace casi cuarenta años, vino la
esperanza y la alegría para jóvenes y viejos de que las ataduras se rompían y
las mordazas, desaparecían, como desapareció el que provocaba los mencionados
partes.
Desde entonces hasta hace
unos pocos años, la España de la Beneficencia, se perdió gracias al esfuerzo y
el trabajo de esas generaciones que apostaron por un mundo mejor para sí y para
las venideras, en una nueva España de derechos y obligaciones.
Hubo sacrificios y
conciencia de País...
Es verdad que para ellos, lo
de sangre, sudor y lágrimas, se cumplió a fuego con orgullo y dignidad.
Pero… ¿qué ha pasado o está
pasando desde hace unos años a esta parte?
¿Por qué estamos donde
estamos? Pensar y actuar es lo conveniente.
Ya está bien de aguantar
tantas indignidades. Ya está bien. Hemos creado y permitido una clase dirigente
de los sin esfuerzos, que solo por pertenecer a unas siglas, cree que tiene derecho a pernada.
Y… así nos va. Desidia.
Desgana. Da igual todo. Todo es indiferencia e indiferente. La sociedad no se
mueve. La sociedad está paralizada. Ya se puede gritar todo lo que se quiera.
No pasa nada.
Esta clase dirigente ha
llevado a la sociedad a tal pasotismo que le cuesta trabajo hasta protestar.
Esta clase dirigente ha
llevado a la sociedad a preguntarse… si… son todos iguales y hacen lo que les
dan la gana ¿para qué moverse si luego no hacen nada?
Esta clase dirigente ha
llevado a la sociedad española a la desesperanza y la lleva camino a la miseria
que es la que va después de la sociedad de la beneficencia, en la que está
ahora anclada.
Pero... ¿Y si empezáramos a desobedecer,
desobedeciendo?, ¿Qué pasaría?
Y si nos hiciéramos todos “gandhianos”
en las protestas para conseguir todo aquello que tanto trabajo costó conquistar
y que nos lo ha quitado esta clase dirigente de los sin esfuerzos de un
plumado, en nombre de no sé qué, con la escusa de la crisis, ¿qué pasaría?
Y si nos fuéramos a los
bancos a formar colas y colas a ingresar por caja, por ejemplo, un céntimo y
luego nos pusiéramos en otras colas para sacarlo y así, días y días, ¿qué pasaría?
Y si los distintos gobiernos de las Españas dejaran de mentir,
engañar, embaucar y manipular e hicieran de los valores de responsabilidad,
honestidad, honradez y entrega a la causa común de la justicia para el
bienestar de este País, como santo y seña, ¿qué pasaría?
Decía Gandhi a los ingleses
en unos de sus discursos:”No pongo dificultad alguna a que os quedéis en mi
país, pero aunque seáis los gobernantes, tendréis que ser los servidores del
pueblo.” Sin comentarios.
Y si hiciéramos todo lo
anterior y empleáramos “la resistencia pasiva”, ¿qué pasaría?
También decía Gandhi a sus
compatriotas: “Comparo a los enjoyados y ricos nobles con los millones de
pobres. Y no tengo más remedio que decir a estos nobles: “No habrá salvación
para la India a menos que os desembaracéis de esas joyas y las depositéis a nombre de todos vuestros compatriotas
indios”.
¿…?
Creo que si la sociedad se
movilizara, los resultados, serían sublimes, pero me temo que continuaremos
dando partes o comunicados, como ustedes queráis llamarlos, de “prótesis”, como
antes, pero en estos tiempos.
Los campos de fútbol se
llenan, las calles se quedan vacías.
Simón Candon 26/09/2013