COBRAR COMO POBRES, PAGAR COMO RICOS
Es verdad que parece que estamos
en un callejón sin salida. Los europeos del sur del sur, estamos derrotados.
Nos aconsejan que emigremos fuera de nuestras fronteras de país para poder
subsistir. Las empresas se deslocalizan con tan celeridad que nadie se espanta
ya de que suceda esto. Los europeos del sur del sur estamos acorralados,
indefensos y acojonados. Sin saber que hacer. Todas las mañanas nos despertamos
con algo nuevo. Siempre la economía. Siempre el euro. Las cuentas no cuadran.
Siempre las cuentas. El columpio del norte y del sur es diferente. Nos
ametrallan todos los días con las mismas noticias para que no reaccionemos y
demos por bien recibidas y aceptadas todas las ordenes. Nos tienen confundidos.
Nos tienen cabreados, pero no sabemos a qué atenernos. Hace unos días se
cumplió cien días del nuevo gobierno y nos ha confundido más. Sus mentiras las
justifica en que Europa le exige mucho más y por tanto se ven abocados a tomar
esas medidas “temporales”. Ya sabemos en este país como las medidas que se
toman temporalmente, siempre terminan por ser más definitivas que las tomadas
definitivamente. Pero al grano y a lo que me trae esta reflexión. Las medidas
exigidas por Europa y tomadas por este gobierno nuestro, siempre van en la
misma dirección. Quien menos culpa tiene de este “invento de crisis”, resulta
que es el que la tiene que solucionar y pagarla. Ver para creer. Y Ahí, todos
los golpes al mismo tambor. Y es que el pellejo del tambor no aguanta mucho más.
Cinco millones y pronto los seis millones de parado son insoportables. Las
familias que eran independientes unas de otras porque tenían recursos para
estarlo, se están convirtiendo poco a poco en clanes, viviendo en “corrales de
vecinos” porque ya no entra ningún dinero para poder continuar como familias
independientes. Se tienen que reunir necesariamente para hacer olla común y
todo común por la falta de recursos. No hay dinero circulante. Hay menos
consumo. La sociedad del bienestar se ha ido al carajo y la clase trabajadora,
perdón, eso de la clase trabajadora ha sido una ilusión, un desvarío, quería
decir la clase de los parados cada día es más pobre. ¿Será esto lo que quiera
Europa para el Sur? Uunnnnn, uunnnnn.
Aquí nuestro gobierno, no
gobierna. Aquí gobierna Europa. Europa, igual a Alemania. Nuestro gobierno,
legítimo, ha perdido toda autoridad. Alemania nos tiene de rodillas, con los
brazos en cruz y dándonos palmetazos en la palma de las manos. Nuestro
gobierno, no solo le aplaude, sino que contribuye sobremanera al castigo y
encima nos retuerce la colilla encendida en las manos para hacernos más daño.
¡Malditos embaucadores, embusteros y mentirosos! No iban a subir los impuestos.
No. Siempre las mismas medidas. Siempre. Reforma laboral, pero… ¿las anteriores
han solucionado algo? Por esta dirección no se va a buen puerto.
¿Arrimar el hombro? ¿Cómo? ¿Recibiendo menos salarios en
condiciones desfavorables con pérdidas de derechos básicos? ¿Pagando impuestos
más altos como si se percibieran súper-salarios? ¿Esta es la salida a la
crisis? Pues vamos aviados. Para esto, no se necesitan alforjas, vamos, ni
gobierno.
La clase dominante cada vez es
más dominante y la dominada, más dominada. Es la política Europea.
A la clase dominada, más dominada,
nos vendría muy bien que la clase dominante, cada vez más dominante diera
ejemplo arrimando el hombro para salir de esta “crisis inventada” rebajándose
los salarios y emolumentos recibidos a nivel de cualquier currante de la
sociedad. Las rebajas testimoniales no valen. Valen las verdaderas.
Mientras la política a seguir sea:
“cobrar como pobres y pagar como ricos, Fuente Ovejuna continuará siendo la
misma porque el Comendador es el mismo, y ya se sabe el fin que le dio Lope a
la obra.
Una verdadera reforma financiera
y bancaria es lo que se necesita. Aquí está el quid de la cuestión. Esta es la
verdadera reforma que se necesita para hacer frente a la crisis. Que fluya el
crédito. Que el Estado garantice los créditos lo mismo que en la actualidad garantiza
los depósitos con una cantidad determinada. Menos derroche en “prestar” a los
bancos para sacarlos de la banca rota y más magnanimidad con el crédito para
que las pequeñas y medianas empresas y autónomos puedan continuar creando
riquezas y puestos de trabajos, que al fin, al cabo, son el motor de la
economía. Las grandes empresas ya se las habían por si solas.
Es verdad que parece que estamos
en un callejón sin salida. Los europeos del sur del sur, estamos derrotados.
Nos aconsejan que emigremos fuera de nuestras fronteras de país para poder
subsistir. Las empresas se deslocalizan con tan celeridad que nadie se espanta
ya de que suceda esto. Los europeos del sur del sur estamos acorralados,
indefensos y acojonados. Sin saber que hacer. Pero si… si fluyera el crédito,
con la garantía del Estado, para los autónomos y para las pequeñas y medianas
empresas, estoy seguro que se invertiría los términos del título de este
artículo.
Lope es mucho Lope.
Simón Candón 2/04/2012